Grupos Funcionales

  Los grupos funcionales son conjuntos de átomos en una molécula que determinan la reactividad química de esa molécula. Estos grupos están formados por átomos de diferentes elementos químicos unidos entre sí de una manera específica. Por ejemplo, el grupo funcional de un alcohol consiste en un átomo de oxígeno unido a un átomo de hidrógeno y a un carbono.

  Los grupos funcionales son cruciales en química orgánica, ya que proporcionan información sobre cómo una molécula puede reaccionar con otras sustancias químicas. Algunos ejemplos comunes de grupos funcionales incluyen los alcoholes, aldehídos, cetonas y ácidos carboxílicos.

Hidróxido y Sales

Hidróxido: El hidróxido es un grupo funcional que consiste en un átomo de oxígeno unido a un átomo de hidrógeno. En química inorgánica, el término "hidróxido" también se refiere a compuestos que contienen el ion OH-, como el hidróxido de sodio (NaOH) o la sosa cáustica.

Sales: Las sales son compuestos iónicos formados por la unión de cationes (iones con carga positiva) y aniones (iones con carga negativa). Por ejemplo, el cloruro de sodio (NaCl) es una sal común formada por el cation Na+ y el anión Cl-.

Óxidos:

Los óxidos son compuestos químicos que contienen oxígeno como uno de sus elementos. Pueden estar formados por un metal y oxígeno (como el óxido de hierro, Fe2O3) o por no metales y oxígeno (como el dióxido de carbono, CO2). Los óxidos pueden tener diferentes propiedades y usos dependiendo de los elementos involucrados y la estructura de la molécula.

Electroquímica

La electroquímica es una rama de la química que estudia las interacciones entre sustancias químicas y la electricidad. Involucra procesos como la generación de corriente eléctrica a partir de reacciones químicas (celdas electroquímicas) y la utilización de corriente eléctrica para inducir reacciones químicas (electrólisis).

Electrólisis

La electrólisis es un proceso químico que utiliza una corriente eléctrica para llevar a cabo una reacción no espontánea. Consiste en sumergir dos electrodos (generalmente de metal) en una solución conductor y pasar una corriente eléctrica a través de ella. Esto provoca que los iones en la solución se muevan hacia los electrodos y participen en reacciones químicas.